martes, 22 de abril de 2008

Boletín Güemesiano Abril 08

BOLETIN GUEMESIANO Nº 96
ABRIL DE 2008

PRESENTACION

En 1815 José de Rondeau invadió Salta y declaró a su gobernador intendente, Martín Güemes, reo de estado. Este desconcertante suceso en el que Salta no es invadida por el ejército enemigo sino el del país por el cual se luchaba, debe analizarse en un complejo contexto. Cabe preguntarse: ¿Qué movilizó al jefe del Ejército Auxiliar a tomar tan drástica decisión en contra de sus compañeros de lucha? ¿Cómo se justifica su conducta? ¿Qué propósitos lo animaban? ¿Cuáles fueron las consecuencias?

La búsqueda de respuestas une sucesos anteriores con la actitud de Rondeau y el desenlace del conflicto. Con lo relevado se redactó un artículo que será presentado en dos partes, correspondiendo la primera al Boletín de Abril.

CONTENIDO


I. DE LA DISCORDIA AL PACTO (PARTE I), por M Cristina Fernández
II. PUBLICACIONES GUEMESIANAS
III. HOMENAJE A LA MUJER QUE LUCHO POR LA INDEPENDENCIA
IV. INVITACION BELGRANIANA
V. PALABRAS FINALES

DESARROLLO

I. DE LA DISCORDIA AL PACTO

EL EJERCITO PATRIOTA

Después de vencer a los realistas comandados por Pío Tristán en Las Piedras (3 de setiembre de 1812), Tucumán (24 de setiembre de 1812) y Salta (20 de febrero de 1813), Manuel Belgrano continuó su marcha hacia el Alto Perú, en el intento de recuperar el dominio de ése importante territorio que integraba el ex Virreinato del Río de la Plata.

El Gral. José Manuel de Goyeneche había sido reemplazado en la Jefatura del ejército realista por Joaquín de la Pezuela quien enfrentó a Belgrano en Vilcapugio (1 de Octubre de 1813) y Ayohúma (14 de Noviembre de 1813). Como consecuencia de la derrota, Belgrano fue reemplazado por José de San Martín mientras los realistas avanzaban hacia Buenos Aires.

En un intento de reorganizar el Ejército Patrio, seriamente afectado por la indisciplina y la deserción, San Martín lo concentró en Tucumán. Paralelamente nombró a Martín Güemes Comandante General de Avanzadas, con la misión de sostener la línea del Pasaje (importante río que surca gran parte del actual territorio del sur salteño).


Al frente de sus milicias gauchas, Martín Güemes derrotó a las fuerzas de Saturnino Castro en Tuscal de Velarde. Este fue su primer triunfo luego de regresar a Salta integrando el refuerzo que el gobierno central enviara al mando de San Martín.

Pezuela había logrado avanzar hasta Salta, ocupándola, pero en los primeros días de Mayo sus tropas pasaron de ser sitiadoras a sitiadas debido a que se les impidió abastecerse de los víveres necesarios para subsistir. En ésa situación arribaron refuerzos al mando del Gral. Ramírez provocando el retiro de las fuerzas patriotas que pese a la superioridad numérica del invasor continuaron hostilizándolos. Ello los obligó a retirarse hacia Jujuy, los primeros días de Julio, seis meses después de iniciar la invasión.

San Martín informaba periódicamente estos sucesos al Director Supremo de las Provincias Unidas, Gervasio Antonio Posadas, quien en mérito a la actuación de Güemes dispuso ascenderlo a Teniente Coronel efectivo del ejército.

La salud de San Martín le impidió avanzar con su Ejército desde Tucumán a Salta en auxilio de Güemes. Durante su licencia por enfermedad fue reemplazado por el coronel Francisco Fernández de la Cruz hasta que
José de Rondeau asumió el mando en Julio de 1814.

DESVENTURAS REALISTAS

Rondeau nombró a Antonino Fernández Cornejo comandante militar y político de la ciudad Salta, ordenando a Güemes marchar hacia Jujuy y posesionarse de la ciudad mientras Pezuela se precipitaba al Alto Perú. A las desventuras padecidas por los realistas en su intento de recuperar Buenos Aires se sumaron otras. En La Florida (territorio altoperuano), Juan Antonio Alvarez de Arenales los había derrotado y en Uruguay, Montevideo era tomada por Carlos María de Alvear.

El Ejército fue acuartelado en Concha (hoy Depto. Metán, Provincia de Salta). Desde allí Rondeau solicitó a Fernández de la Cruz que se le reuniera con los hombres que habían quedado en Tucumán. Su intención era atacar al ejército en retirada para inmovilizarlo pero Posadas le ordenó esperar refuerzos de Buenos Aires. De la Cruz permaneció en Tucumán.

En esta campaña que Martín Güemes desarrollara brillantemente, pese a los escasos recursos y hombres con los que contaba, logrando expulsar a un numeroso y bien equipado ejército invasor, comienza a documentarse el accionar de los gauchos.
“Es imponderable la intrepidez y el entusiasmo con que se arroja el paisanaje sobre las partidas enemigas, sin temor del fuego de fusilería que ellas hacen. Tengo de esto repetidos testimonios” (San Martín a Posadas, 1 de Abril de 1814). “Después de seis días de asedio riguroso que tuvo el esforzado paisanaje, hasta que el 7 del presente llegó en auxilio de los sitiados el general Ramírez con toda la vanguardia de mil hombres que existían en Jujuy”. Decía luego: “Los enemigos no se han atrevido a destacar ninguna partida fuera de ella (la ciudad) en medio de la escasez de víveres que padecen, porque tienen horror a los montaraces”. (San Martín a Posadas, 25 de Abril de 1814).

ENTORPECIENDO LA GLORIOSA EMPRESA

Mientras Pezuela se retiraba, por orden de Rondeau la Vanguardia del Ejército al mando de Martín Güemes se dirigió al Alto Perú. En esas circunstancias se produjo en Salta un suceso de gran importancia que exalta la altura moral de Güemes.

El coronel Martín Rodríguez, oficial del Ejército Auxiliar, había enviado a prisión a varios gauchos leales a Güemes, al parecer por rivalidad con el Cuerpo de Dragones a su mando. Rodríguez era hijo de argentinos, nativo de Buenos Aires, catorce años mayor que Güemes.

Al enterarse, Güemes le envió un oficio en el que defendía con gran firmeza y exigía respeto a sus hombres, además del inmediato cese de la hostilidad con que estaban siendo tratados.

Con sorprendente vehemencia escribe: “El es un hecho escandaloso, que no traerá otras consecuencias que el desorden y entorpecimiento de nuestra gloriosa empresa contra los enemigos de la libertad. En esta virtud espero que V.S. devuelva en el acto mismo los presos que ha hecho de mis gauchos al comandante don Pedro José de Zabala; lo mismo que al herido que reclamó para curarlo el sargento don Vicente Panana. Este es el modo de terminar las diferencias, porque de lo contrario estoy cierto tomará la cosa el mayor fermento, y yo no seré capaz de desentenderme de la justa defensa de estos héroes, que han sabido labrar un mérito sin igual. También advierto a V. S que si este hecho es trascendental a 200 gauchos, o más, que tengo en estas avanzadas, al frente, y en los puntos más arriesgados del enemigo, ocurrirá el mayor trastorno y sus resultados no será capaz V. S. de sanearlos o repararlos. En sustancia, absténgase V. S. de tener diferencias ni incomodar a los gauchos atendiendo a sus distinguidos servicios y meditando los acaecimientos que sobrevendrán de tenerlos inquietos y de incomodarlos, hasta tanto el señor general determine lo que estime conveniente, en vista del parte que con esta fecha le doy sobre el particular” (17 de setiembre de 1814).

Indignado, Martín Rodríguez le responde: “He recibido el oficio con fecha 17 del corriente con que U. con escándalo se ha atrevido a insultar a la Nación y a mi persona. En él no parece otro concepto sino el de abrigar los delitos de unos hombres que han aparejado en su entrada males entre los habitantes de un pueblo amigo y saqueado por los enemigos. El desafío que U. me hace con esa gente es para mí el mayor desprecio. Sé batirme con honor y ojalá no tuviera los sentimientos que me han animado siempre por la tranquilidad general que pronto se vería U. con su amenaza bien avergonzado. ¿Quién es U. señor comandante de gauchos, para apercibirme? ¿Quién el que ha atropellado, vulnerado los respetos de un regimiento de línea, y de lo que está practicando el gobierno, en fuerza del atentado que ha cometido el Pardo Panana? También advierto el poco decoro a las autoridades que están conociendo de los delitos que han perpetrado ésos héroes; y sobre los demás que U. significa en su citado oficio acerca de los riesgos que sufre la tropa de su mando, debo exponerle que son los que se hallan en las avanzadas, los cien dragones que están a las órdenes del benemérito sargento mayor graduado don Alejandro Heredia, con lo que queda contestado”
(18 de setiembre de 1814).

En sus palabras se advierte un doble menosprecio, hacia Güemes (“quién es usted señor comandante de gauchos, para apercibirme?”) y hacia los gauchos (“El desafío que U. me hace con esa gente es para mí el mayor desprecio) como así también la creencia de la superioridad del regimiento de línea que al parecer Rodríguez consideraba como el único que merecía ser respetado.

Este incidente tuvo serias consecuencias y provocó gran desagrado en el gobierno central que reclamó a Rondeau no haberlo informado pese a que Güemes y Rodríguez se cursaron Oficios. Rondeau era jefe de ambos.

LOS GAUCHOS DE GUEMES, GERMEN DE LA DISCORDIA

Posadas consideró que “la exaltación de ambos jefes por un suceso cuyo origen legítimo se ignora, y el espíritu de esta correspondencia amaga un rompimiento tan sensible como funesto al interés común de los pueblos; y habiendo llamado este incidente toda la atención de S. E., debe empeñar no menos la vigilancia de V. S. para sofocar en su raíz el germen de la discordia, sin permitir tome cuerpo la división para no ser envueltos en las desgracias que por iguales principios lamentamos hoy en la Banda Oriental”.

Posadas creía que era necesario debilitar la fuerza de gauchos que obraba con las tropas de línea sobre Salta y Jujuy alejando a quienes las habían conducido. Considerando que la permanencia en el ejército del entonces coronel Martín Güemes dificultaría la conciliación, sugirió a Rondeau que lo enviara a Buenos Aires bajo pretexto de una comisión importante sin dejar entrever que se desconfiaba de él.

La medida no se concretó pero como consecuencia del incidente Martín Güemes (que se encontraba desde fines de Octubre de 1814 con el mando militar del partido de Cinti y Tarija -hoy República de Bolivia- como comandante general de avanzadas). Fue separado del Ejército Auxiliar junto a sus milicias.

En febrero de 1815 Güemes fue reemplazado por Rodríguez y regresó a Salta quedando circunscrito a ella en su accionar.

Los Directores Supremos eran electos por dos años, pero el mandato de Gervasio Posadas sólo duró uno. En enero de 1815 fue reemplazado por Carlos María de Alvear que fue derrocado tres meses después.

EL REVES DE LA TRAMA


Apenas dos semanas después de comenzar a ejercer como Comandante de Vanguardia, Rodríguez fue tomado prisionero en El Tejar. Sobre lo que sucedió mientras Rodríguez se encontraba prisionero dice el Dr. Colmenares: “Parece que Rodríguez logró convencer a Pezuela de que tanto Rondeau como él reconocían a Fernando VII y que era seguro que toda América lo haría”.

En sus Memorias “De Güemes a Rosas” Miguel Otero dice: “Las tropas realistas lo condujeron hasta Cotagaita y se lo presentaron a Pezuela. Ambos acordaron reunir uno y otro ejército y venir hasta Córdoba, adonde concurriría otro ejército que debía salir de Chile por Mendoza, para reunidos venir sobre Buenos Aires a sofocar la revolución.

Bajo este plan Pezuela dio evasión a Rodríguez, quien figurando haberse escapado, vino a dar cuenta a Rondeau, que aún se hallaba en la quebrada de Jujuy, sin pasar la Cordillera, sin embargo de haber tenido tiempo de sobra, porque transcurrió un mes o más. Se ha dicho que esta fue una intriga de Rondeau y Rodríguez para engañar a Pezuela, pero siende más fuerte el ejército de éste ¡quién sabe el que hubiese engañado y perdido!”


Más adelante Otero expresa: “Mientras se daban estos pasos entre Rondeau, Rodríguez y Pezuela, Güemes cubría con las tropas de esa Provincia el frente y también el camino de la quebrada del Toro o del Despoblado. Sin conocimiento de tales maniobras, sólo impulsado por su patriotismo, hizo un movimiento rápido sobre la vanguardia del ejército real y la derrotó completamente en Puesto del Marqués, como ocho leguas más allá del Tejar, dando una nueva gloria a la Patria. Pezuela inmediatamente reconvino a Rondeau diciendole: cómo, después de estar comprometido a unirse con sus fuerzas al Ejército Real, le hacía derrotar su vanguardia? Rondeau se disculpó
con que Güemes había dado el golpe sin su orden ni conocimiento; y para satisfacerlo dio orden al Gral. Güemes para que entregase la División de Salta a Dn Martín Rodríguez. Güemes se negó diciéndole que ni el Gobierno de la Provincia de Salta ni sus tropas estaban bajo la autoridad de Rodríguez, que ni a éste ni al Gobierno de Buenos Aires le costaba un real la división de Salta; y que si sus servicios y triunfos sobre el enemigo no se habrían de apreciar y agradecer, según corresponde, con retirarse quedaba concluido el asunto; y se retiró a Salta con la división desde el mismo Puesto del Marqués.

He aquí el origen, la causa y la época de donde emanan las recriminaciones contra las milicias de Salta y contra el general Güemes que las encabezaba. Desde entonces se les empezó a calificar de montoneros, bandidos, caciques, caudillos, demagogos, perturbadores, ladrones, asesinos, prodigándoles
cuanta injuria y difamación pueda imaginarse con tal tenacidad que no se cansan aun hasta ahora, que van corridos más de cincuenta y seis años llegando al extremo de haberse estampado en la prensa de Buenos Aires que Güemes fue el primer cacique y caudillejo que se opuso a la Constitución sancionada por el Congreso el año 1826 siendo que hacían cinco años que Güemes había muerto por la Patria en sostén de la Independencia y en defensa de esos mismos que lo calumniaban y lo difaman con tanta injusticia como falsedad”,
expresa Otero.

Hasta aquí la primera parte del trabajo que trata sobre la particular relación que unió a Güemes y Rondeau de 1814 a 1815. La segunda parte se expondrá en el Boletín de Mayo.


II. PUBLICACIONES GUEMESIANAS

Cronología de las Invasiones Inglesas en el año del Bicentenario es un libro escrito por Jorge Virgilio Núñez y publicado por Editorial Milor en el año 2007. La obra contiene los hechos fundamentales conocidos hasta ahora y en forma detallada y desde el punto de vista documental, la participación del cadete Martín Miguel de Güemes en la invasión inglesa de los años 1806 y 1807.

Como consecuencia de su destacada participación, el prócer obtuvo reconocimientos que muchos estudiosos desconocen y que este libro expone exaltando la trayectoria del héroe.

Virgilio Núñez es también autor del libro “El Poncho Salteño” (Año 2006) y de otras publicaciones relacionadas con la historia de Salta y sus protagonistas. Correo electrónico: nunezdelcarlo@hotmail.com

1.817, Batalla del Valle de Lerma, de Jorge Sáenz, contiene esclarecedoras páginas de los sucesos registrados en el actual Norte de la Patria durante la invasión del Gral. José de la Serna. En ellas se destaca la grandeza militar y moral del Gral. Martín Güemes y se aprecia objetivamente porqué el Dr. Luis Oscar Colmenares sostenía que la expulsión de La Serna fue uno de los triunfos más importantes y brillantes de nuestra historia. “Sin embargo (lamentaba permanentemente Colmenares) cuando la República comenzó a conmemorar las victorias obtenidas sólo se acordó de la que duraron unas horas, como las batallas de San Martín en Chacabuco y Maipú y las de Belgrano en Tucumán y Salta, olvidándose de las que duraron meses, como la victoria sobre el mariscal de La Serna, el más importante de los triunfos patriotas en territorio argentino”.

El libro fue publicado por la Secretaría de Cultura de la Provincia de Salta.

III. ABANDERADAS DEL PATRIOTISMO

El 7 de marzo se estrenó en el Salón Auditorio de Radio Nacional el homenaje artístico-académico “ABANDERADAS DEL PATRIOTISMO” dedicado a la mujer que luchó por nuestra Independencia. El mismo fue organizado por el Instituto Güemesiano en Buenos Aires.

Fueron recordadas Carmen Puch de Güemes; Gertrudis Medeiros de Cornejo; Juana Moro de López; Juana Azurduy de Padilla; Magdalena Güemes de Tejada; María Loreto Sánchez Peón de Frías, Remedios Escalada de San Martín, entre otras.

Fue transmitido en directo por Radio Nacional Folklórica y en diferido por radio difusión argentina al exterior. Previamente se difundió, en dos emisiones, un reportaje en el que la Prof. M Cristina Fernández caracterizó el homenaje.

Pusieron su arte al servicio de la evocación Carlos Flores (en Sajra Runas y Juana Azurduy); Luis de la Peña (en Guadalquivir y Verde romero); Noelia Quintana (en La Juana Moro y La muerte del angelito); Payita Solá (Coplas de baguala); Terucha y Payito Solá (en La Heroica); Pablo Achával y Raúl Gonzalez (en La Capitana mendiga). Las coreografías fueron realizadas por Beatriz y Rubén Herebia (Serenata a Macacha, de Jaime Dávalos) y Marta y Quique Fernández (Criollita Santiagueña de Yupanqui y Chazarreta).


El sentir la Patria integró esfuerzos haciendo realidad un precioso sueño. El guión e investigación histórica fueron realizados por la Prof. María Cristina Fernández, quien compartió la locución con Pablo Pérez.

IV. TALLER DE HISTORIA ARGENTINA

El Instituto Nacional Belgraniano invita a participar en el Taller de Historia Argentina que se desarrollará en la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación, Sala Miguel Cané, Avenida Alvear 1690, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El Taller consta de dos módulos de diez encuentros cada uno. A partir del 30 de Abril se desarrollará cada miércoles, de 15.00 a 17.00 horas, el primer Módulo titulado: 1776-1820 Del Estado Hispano-colonial al Estado Hispano-criollo. El segundo se concretará en el 2009.

El Taller forma parte del Plan de Capacitación con créditos asignados por INAP. Está dirigido a funcionarios y agentes que cumplan tareas en Museos Nacionales, Históricos y en Institutos Nacionales y de Investigaciones Históricas y público en general. Estará a cargo del Lic. Matías Dib.

Informes: institutonacional@manuelbelgrano.gov.ar, Tel: 4775-1550


V. PALABRAS FINALES

Mientras Salta festeja sus 426 años, pienso lo que pasaba en los aniversarios que vivió durante la Gesta Güemesiana. En 1814, por ejemplo, cumplió 222 años estando invadida por Joaquín de la Pezuela. Qué distintos momentos, qué vivencias en cada uno de ellos. Y qué heroísmo el de sus habitantes que desde Mayo de 1810 y por once largos años no tuvieron aniversarios de fundación, fiestas del Milagro, Navidades ni Años Nuevos en paz.

Hoy que festejamos, justo sería recordar a nuestros antepasados con gratitud.

Un fraterno abrazo.

Prof. María Cristina Fernández
Instituto Güemesiano
macacha@infovia.com.ar
Tel: 011 4306 9720

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