Buenos Aires fue conocida durante décadas como "la París de Sudamérica" por su parecido arquitectónico con la "ciudad de la luz", pero últimamente sus barrios han adoptado nuevas denominaciones que le acercan más a Nueva York, una moda que empieza a generar resistencias entre los vecinos.
La novísima toponimia porteña es un fenómeno que obedece a la explosión de los negocios inmobiliarios en la capital argentina tras la crisis de finales de 2001, cuyos artífices, unos astutos agentes de bienes raíces, encontraron en ciertos barrios de "la Gran Manzana" los nombres perfectos para hacer subir los precios de las propiedades en algunas zonas olvidadas de Buenos Aires.
El tradicional barrio de Palermo, el más extenso de la ciudad (17,4 kilómetros cuadrados) y aquel que tuvo a Jorge Luis Borges entre sus vecinos ilustres, ya había sido por años víctima de una división informal entre el apacible "Palermo Viejo", el de las antiguas casonas, y el llamado "Palermo Chico", más moderno y movido.
Pero gracias a la argucia inmobiliaria, el barrio se fraccionó hace pocos años en "Palermo Soho", distrito mimado por los diseñadores de moda, los decoradores de vanguardia y los chicos "cool", y "Palermo Hollywood", que aglutina a productoras y estudios de cine y televisión.
También está "Palermo Madison", área de edificios de lujo, y "Palermo Boulevard", zona intermedia entre el "Soho" y "Hollywood" caracterizada por las casas bajas y los talleres para automóviles que los promotores quieren convertir en un polo cultural y gastronómico.
Pero eso no es todo. Ya agotado el propio territorio palermitano para dar lugar a "nuevos distritos", Palermo parece ahora avanzar sobre los barrios vecinos, cuya cotización inmobiliaria es sensiblemente menor.
La inmobiliaria Shenk ha salido a promocionar "Palermo Queens", en realidad territorio del barrio de Villa Crespo, cuyos vecinos están indignados con la denominación impuesta para vender más caras las propiedades.
La presidenta de la Asociación Civil Principios, Identidad, Cultura y Educación, María Margarita Velásquez, quien hará hoy una presentación ante el gobierno de Buenos Aires, dijo a Efe que "el cambio de nombre del barrio viola varias normas nacionales y municipales sobre lealtad comercial, defensa al consumidor y límites barriales".
La Junta de Estudios Históricos de Villa Crespo también ha recurrido a la Defensoría del Pueblo de Buenos Aires en contra de la modificación.
Martín Lavini, vecino de Villa Crespo, envió una carta a Shenk en la que criticó la imposición del nombre "Palermo Queens" por considerar que el cambio supondrá no sólo aumentos en los precios de los alquileres y del costo de vida en general en el barrio sino también "una pérdida del patrimonio cultural y social para abrir espacios a comercios oportunistas".
Desde la inmobiliaria simplemente argumentan que la denominación promocionada "hace que el producto pueda comercializarse mejor" ya que desde hace un año, cuando comenzó a utilizar ese nombre, los valores de las propiedades se duplicaron en la zona.
"¿Qué nos queda ahora? ¿Palermo Brooklyn? ¿Palermo Bronx?", se preguntan en Villa Crespo, un barrio de clase media y con fuerte presencia de la colectividad judía.
Un caso similar se está dando en el límite entre Palermo y el barrio de Chacarita, donde comenzaron a aparecer carteles de otras inmobiliarias para imponer la denominación "Palermo Village", en "homenaje" a otra zona neoyorquina.
En broma -y no tanto-, los críticos de la movida hacen circular en internet otro nombre posible para ese área, "Palermo Dead", en alusión al cementerio que da identidad a Chacarita.
La moda de los nuevos nombres se ha extendido a otros barrios como San Telmo, Almagro y Boedo, que tienen su propio distrito "Soho".
"Estoy cansado de Palermo Hollywood. Muera Palermo Hollywood, viva Palermo Bagdad", dijo hace cuatro años en un concierto el histriónico rockero Charly García, un vecino ilustre de Palermo.
Otros se lo toman con más sorna: "Ojalá fuera Nueva York... ¡seguro que ahí no hay tanta caca de perro en las veredas!", dijo Nora, una palermitana auténtica, con su bolsa de red para hacer las compras, lejos del "look" de la nueva bohemia que está copando el barrio.
Por cierto, los chicos bien y snob del "Soho" y el "Hollywood" fueron bautizados despectivamente como "palermogólicos", un mote que ahora aparece socarronamente estampado en las paredes de la ciudad como parte de un estarcido.
Buenos Aires, la de los cien barrios como dice el tango, también tiene su "Little Lima" y su "Chinatown". Ya nadie añora el "charme" de París.
Lic. NATALIA KIDD
Corresponsal
Agencia española de noticias EFE -
Delegación Buenos Aires (Argentina)
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