Parte del barrio fue rebautizada para elevar la cotización de las propiedades. Para los vecinos, el cambio de nombre viola la Constitución. Las inmobiliarias afirman que en esa zona los precios se elevaron un 500%.
Juntos fundamos Palermo Viejo. Hoy Palermo Queens". Un volante de promoción, repartido en cierto sector de Villa Crespo, le cayó a los vecinos como la nafta al fuego. Asociaciones barriales y la Junta de Estudios Históricos de la zona salieron a protestar contra el cambio de nombre de su barrio, iniciando una insólita pelea, acusando a la inmobiliaria de hacer publicidad engañosa.
"El crecimiento que tuvo esta zona con la creación de Palermo Hollywood y Soho, se ha expandido hoy a un nuevo sector: Palermo Queens", dice la publicidad de la discordia, que le anuncia a los dueños de propiedades entre Córdoba, Lavalleja, Pringles, Corrientes, Thames y Uriarte que es "el momento más propicio" para vender o alquilar.
El fenómeno no es nuevo: por el furor inmobiliario, Palermo cruzó todos los límites y colonizó más barrios con nombres que aluden a otros de ciudades estadounidenses. Parte de Colegiales ahora es Palermo Hollywood; Chacarita es Palermo Dead o Chacalermo, y algunos le dicen Palermo Industrial a La Paternal. Y, como contó Clarín el 18 de marzo, parte de Villa Crespo fue rebautizada Queens, como el barrio neoyorquino cruzando el río Hudson. Para las inmobiliarias, la diferencia entre una propiedad en uno u otro sector no es la ubicación, sino el valor del metro cuadrado, que en Villa Crespo es de unos US$ 600 y en Queens cotiza hasta 1.050.
Pero para algunos el folleto de Shenk fue demasiado lejos. En julio, el presidente de la Junta de Estudios Históricos de Villa Crespo, Hugo Tornese, denunció ante la Defensoría del Pueblo porteña que varias inmobiliarias publican el barrio como Palermo Queens. Y ahora la presidenta de la Asociación Civil Principios Identidad Cultura Educación, María Margarita Velázquez, le envió un reclamo al jefe de Gobierno, Jorge Telerman.
"Es cierto que los barrios tienen vecindarios y que no son todos iguales. Pero esto ya es el colmo: no pueden llamar Palermo a Scalabrini Ortiz y Corrientes", se espanta Velázquez. Para ella, el cambio de nombre tiene fines comerciales y viola el artículo 42 de la Constitución Nacional, que garantiza el derecho de los consumidores "a información adecuada y veraz".
"También viola las leyes nacionales de lealtad comercial y de defensa del consumidor, que prohíben la propaganda que induzca confusión; la ordenanza que dispone los límites barriales y la Ley de Comunas -enumera-. Y lo peor es que se viola la identidad del barrio. Si hace falta, las instituciones vecinales pondremos una pareja bailando tango en el límite del barrio para que la gente sepa que está entrando a Villa Crespo".
El vecino Martín Lavini reaccionó escribiéndole a Horacio Berberian, uno de los responsables de la inmobiliaria Shenk: "¿Le caería simpático llegar a su casa un día y que de repente todos en vez de Horacio lo llamen Bruce Willis, porque su señora es fanática de los galanes de películas yankees?", le preguntó.
"Nadie pretende cambiarle el nombre al barrio y respeto la opinión de algunos vecinos, especialmente la de la gente mayor a la que le parece foránea la expresión Palermo Queens -tranquiliza Berberian-. Esto es un tema de marca. Vender siete manzanas alrededor de Gurruchaga y Aguirre, llamándolas con un nombre apéndice de Palermo, es comercialmente más atractivo que designarlas como Villa Crespo. En esa parte la propiedad aumentó un 500%: un local de 8,66 por 30 que antes salía US$ 50.000 hoy vale US$ 150.000".
Mientras los vecinos denuncian la "palermización", Berberian sugiere: "Hay manzanas de barrios de zona sur a las que también sería ingenioso cambiarles el nombre para comercializarlas".
NORA SANCHEZ
DIARIO CLARIN
23/08/06
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